30/3/17

LOS OTROS MALTRATOS: EL MALTRATO MATERNO (IV)

Estimados lectores:

Hoy toca hablar del maltrato materno mas extendido: las madres eternamente enfermas. Son mujeres que han aprendido a manipular a sus hijos a través de las enfermedades, reales o ficticias, pero  para ellas y su entorno,  autenticas. Pueden pasarse décadas enfermas, deprimidas y tristes. 

 Las principales características de estas madres son:

- Frecuentes visitas al médico de cabecera, (mas de las normales), pero sin presentar una patología clara.
- Dolores corporales dispersos , no focalizados y que no mejoran con tratamiento adecuado
- Animo triste, decaído sin que existan motivos especiales para ello.
- Carecen de voluntad  para superar su estado.
- Cambio constante de profesional alegando que ha aparecido uno de nuevo y mejor/ que hay un nuevo tratamiento proveniente de otro país/ que fulanita le ha recomendado...
- En muchas ocasiones solicitan medicación diversa para ayudar a paliar sus males.
- A pesar de ello, cuando se les ha hecho todas las pruebas posibles y se les deriva al psicólogo, no acuden, y si lo hacen es en una primera visita, para medir al profesional, y si comprobar que éste ha visto que ellas prefieren quedar ancladas en su modus vivendi, por lo  no que no hay  continuación  terapéutica.

Utilizan la enfermedad como arma para controlar a sus hijos/marido/vecinos... Todos deben estar pendientes de no darle ningún disgusto, ninguna mala noticia, evitar que se esfuerce en algo, por el temor a esa enfermedad fantasma que siempre le ha rodeado, y que en el momento menos pensado puede volver a aparecer. Ellas se encargan de manipular la culpabilidad que han ido tejiendo a lo largo de los años para que delante de cualquier noticia que no sea de su agrado, los hijos se sientan culpables de lo que han desencadenado, se disculpen hasta la humillación, cambiando de inmediato su actitud hacia otra mas agradable a su madre. 

descarga.jpgEs realmente difícil desenmascararles, por el cambio constante de profesionales cuando se sienten acorraladas por ellos, los hijos son quienes menos cuenta se dan, ya que justifican lo injustificable para no verle sufrir, y ahí está el error: la buena fe que gastan inútilmente permaneciendo atrapados en sus redes mientras su propia vida va transcurriendo inexorablemente. 

De éstos, lamentablemente hay muchos casos...





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